Estudios previos han demostrado que después de la adopción de una legislación global libre de humo, hay una reducción en los síntomas respiratorios entre los trabajadores de los bares. Sin embargo, no se sabía si las enfermedades respiratorias también se podrían reducir entre las personas que no tienen una exposición ocupacional al humo de tabaco en el ambiente.
En un reciente estudio publicado en el NEJM (1) se investigó si la prohibición de fumar en lugares públicos en Escocia, que se inició en marzo de 2006, podría haber influido en la tasa de ingresos hospitalarios por asma entre la población infantil.
La mayor probabilidad de que un niño pueda desarrollar una alergia podría depender de la temporada en la que fue concebido, según los expertos.
Los bebés cuyas tres primeros meses en el útero se produjeron en primavera, son más propensos a sufrir de alergias a los alimentos, tales como la leche y los huevos.
Ya no hay que esperar a la primavera para que muchos madrileños empiecen a notar picores en nariz, ojos y garganta. El cambio climático ha adelantado la polinización de varias especies y ya en marzo se disparan los síntomas de las alergias. Los afectados, además, conviven con otros dos problemas. El primero es que el polen del árbol más común de la ciudad, el plátano de sombra, es el causante de un 30% de los casos de polinosis que se registran. Y el segundo, que las partículas de diésel multiplican por 27 la capacidad de este polen de ser alergénico.
Javier Subiza Garrido, Presidente del Comité de Aereobiología, y Coordinador de la Red Nacional de Colectores de la Sociedad Española de Alergía desde 1993, nos explica en una entrevista el estado actual de la investigación sobre la alergia y el asma.
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