Hoy os contamos un caso muy llamativo de un paciente de Cáceres que acudió a consulta por una “rinitis de las tormentas”: cada vez que se acercaban nubes negras, notaba obstrucción nasal intensa, secreción acuosa y empeoramiento brusco de la rinitis.
A simple vista parecía una rinitis “meteorosensible”, pero los datos contaban otra historia.
El test ALEX reveló una sensibilización primaria clara a Cupresáceas (Cup a 1 y Cup s).
Y lo más interesante, sus síntomas coincidían exactamente con los picos estacionales del ciprés, tanto en invierno-primavera como en otoño.
¿Qué tienen que ver las tormentas con el ciprés?
Mucho más de lo que parece. El polen de Cupressus tiene una exina extremadamente fina y frágil, que se rompe con facilidad cuando aumenta la humedad. Cuando esto ocurre, el grano “estalla” suavemente y libera todo su contenido, generando el característico aspecto microscópico de “huevo frito”.
Ese material liberado contiene cantidades muy altas de Cup a 1, su alérgeno mayor, en forma de partículas pequeñas capaces de penetrar muy profundamente en la vía aérea.
Durante una tormenta:
- La humedad alta rompe los pólenes de Cupresáceas
- Las ráfagas de aire aerosolizan los restos
- Las corrientes descendentes los arrastran a nivel del suelo
Resultado: aumento súbito de síntomas
En definitiva:
Lo que parecía una rinitis meteorológica, era en realidad una fuerte polinosis a Cupresáceas potenciada por tormentas.
En Clínica Subiza lo vemos con frecuencia, cuando los síntomas “se disparan con el mal tiempo”, muchas veces la causa está en cómo se comportan los pólenes al romperse, no solo en la meteorología.