Enfermedades / Conjuntivitis

Conjuntivitis (Alergia Ocular)

POR DOCTOR JAVIER SUBIZA


Introducción a la Conjuntivitis

El ojo es frecuentemente un órgano diana de las inflamaciones ocasionadas por las reacciones alérgicas locales o sistémicas. Dado que la conjuntiva suele ser la principal afectada, el término conjuntivitis es intercambiable con el de alergia ocular.

Existen varios tipos de conjuntivitis alérgicas o presumiblemente alérgicas:
• Conjuntivitis Alérgica Aguda: Representa el componente ocular de la rinoconjuntivitis alérgica por sensibilización a pólenes u otros antígenos.
• Queratoconjuntivitis Atópica: Se denomina así al componente ocular que presentan algunos pacientes (aunque no todos) con dermatitis atópica.
• Queratoconjuntivitis Vernal: Proceso ocular poco frecuente, que acontece en niños con una constitución atópica.
• Conjuntivitis Papilar Gigante: Un tipo de conjuntivitis causado por el uso de lentes de contacto.
• Dermatoconjuntivitis: Se denomina así a la dermatitis de contacto que afecta al ojo (párpados/conjuntiva).

Conjuntivitis


Orientación Diagnóstica de la Conjuntivitis

Las enfermedades oculares que con más frecuencia llegan a la consulta de alergia son:
• Conjuntivitis alérgica aguda
• Conjuntivitis seca
• Conjuntivitis bacteriana aguda
• Blefaroconjuntivitis
• Conjuntivitis estafilocócica crónica

En todos estos casos el paciente o el médico que lo remite al alergólogo piensan que la enfermedad puede deberse a un trastorno alérgico. Es obvio que en muchos casos no es así, siendo necesario la realización de un correcto diagnóstico diferencial. Hay varios patrones confusos de presentación de estas entidades. La blefaritis estafilocócica y la dermatitis seborreica pueden confundirse con una dermatitis de contacto leve crónica.

La conjuntivitis seca, la queratitis punteada superficial, la conjuntivitis viral y la aguda bacteriana se pueden confundir con la alérgica aguda. Esto es sobre todo cierto en pacientes atópicos que desarrollan de nuevo una de estas enfermedades. Otro área de confusión corresponde a las conjuntivitis medicamentosas que se dan en los pacientes con fiebre del heno, producida por la continua autoadministración de colirios, que perpetúa la conjuntivitis más allá de la estación. En estos casos la supresión de la medicación resuelve el cuadro.

Conjuntivitis comunes vistas en Alergia. Diagnóstico Diferencial (Fig. TB9)


Manejo de la Conjuntivitis en Atención Primaria

El médico de atención primaria puede hacer el diagnóstico de conjuntivitis basado en la presencia de una quemosis e hiperemia. A su vez, basándose en el tipo secreción ocular puede orientar el diagnóstico y el tratamiento. La secreción puede ser serosa o acuosa, mucoide, mucopurulenta o purulenta; la primera y última permiten realizar el diagnóstico fácilmente dado que las secreciones serosas generalmente indican una infección viral o una reacción alérgica y más raramente son de origen tóxico o por cuerpo extraño. Por otro lado, cuando la secreción es purulenta, ésta está indicando claramente que se trata de una conjuntivitis bacteriana. Por el contrario, las secreciones mucoides o mucopurulentas hacen más difícil el diagnóstico; una secreción predominantemente mucoide bien puede ser debido a una queratoconjuntivitis seca, especialmente en los ancianos, aunque en más del 90% de las veces es debida a una reacción alérgica. La secreción mucopurulenta en la mayoría de los casos suele ser de origen bacteriana, aunque también puede tratarse de una infección por clamídeas, una reacción tipo Steven Johnson o bien una conjuntivitis secundaria a una enfermedad sistémica.

Actitud a seguir ante una Conjuntivitis en Atención Primaria: La actitud más práctica en atención primaria donde no disponemos de una lámpara de hendidura será la de guiarse por los síntomas y tipo de secreción (Fig. 100).


Síntomas de la Conjuntivitis

Si bien el paciente puede presentar lagrimeo y prurito ocular que le induce al rascado de los ojos, la conjuntivitis per se no debe ser dolorosa y si ésta los es, debemos pensar que hay una afectación de la córnea. Es importante diferenciar un ojo rojo sin dolor de un ojo rojo doloroso ya que este último puede ser el resultado de una uveítis anterior aguda, una queratitis, un glaucoma agudo o quizás una episcleritis o escleritis. La actitud más práctica en estos casos (conjuntivitis severa con dolor) es remitirla sin más demora al oftalmólogo.

Si se trata de una conjuntivitis moderada o leve sin dolor, el diagnóstico y tratamiento lo basaremos según el tipo de secreción:

• Si la secreción es mucopurulenta-purulenta, ésta debe ser manejada como una conjuntivitis infecciosa; es decir, tomando primero una muestra para cultivo y seguidamente usando un antibiótico de amplio espectro en forma de gotas oculares, 4-6 veces al día, y aplicando el mismo antibiótico en forma de pomada antes de acostarse. Este tratamiento se administra durante 3 ó 4 días y si el paciente mejora, prolongarlo hasta un total de 10 días. Si no da resultado, el paciente debe ser remitido al oftalmólogo.

• Si la secreción es serosa o mucoide, ésta entonces debe ser tratada como una conjuntivitis alérgica. Si ésta es muy leve, puede iniciarse un tratamiento conservador durante 3 ó 4 días basado tan sólo en lavados oculares frecuentes y compresas frías. Si el paciente mejora, no es necesario tomar nuevas medidas; por el contrario, si empeora o pensamos que es claramente alérgica debemos iniciar un tratamiento medicamentoso. Este puede consistir en administrar antihistamínicos sistémicos (loratadina, cetirizina, ebastina, etc.) o locales (lovocabastina o azelastina), los cuales pueden ser efectivos en algunos pacientes (aunque no en todos) o bien iniciar un tratamiento con medicamentos estabilizadores de los mastocitos tales como gotas de cromoglicato disódico o mejor aún de nedocromil sódico o lodoxamida, medicamentos muy efectivos, pues éstos no solamente estabilizan los mastocitos sino que también disminuyen la producción de varios tipos de factores proinflamatorios, interleuquinas y citoquinas.

• Por el contrario, y a pesar de su gran efectividad, en atención primaria no es prudente utilizar gotas oftálmicas de corticoides, ni siquiera de los denominados suaves, pues éstos incrementan las infecciones oportunistas e inducen glaucoma y cataratas. Además, los corticoides reblandecen la córnea pudiendo producir úlceras y perforaciones. Las gotas oftálmicas de corticoides es un último escalón terapéutico.


Ver resúmenes de los diferentes tipos de conjuntivitis.
Consejos generales para los pacientes con conjuntivitis (PDF).

VEN A CONOCERNOS
Clínica Subiza

info@clinicasubiza.com

91 561 55 94

C/ General Pardiñas, 116 Madrid